Desde 2008, un grupo de profesores de la Universidad de Valladolid venimos trabajando en la divulgación de la programación de ordenadores como un elemento clave en el desarrollo de competencias para el Siglo XXI de nuestros niños. Descubrir el lenguaje Scratch fue el detonante: Un lenguaje sencillo, visual, atractivo y gratuito con el que los niños pueden convertirse en programadores. ¡Fantástica idea!
Hay quien piensa que enseñar programación a los niños es una manera de labrarles un futuro dada la necesidad mundial de profesionales en este campo. Si bien esto es cierto, nosotros creemos que la formación de nuestros niños debe ser integral, y no una educación para la empleabilidad. En todas las iniciativas que hemos llevado a cabo hasta la fecha hemos tenido muy claro este principio, que también tratamos de transmitir en todos los cursos de formación de formadores que hemos impartido. Así, están entre nuestros objetivos el fomento de la creatividad, la verbalización reflexiva, el desarrollo de la capacidad de abstracción, o el habituarse a hablar en público. Todas estas metas aparecen en nuestra manera de trabajar de una manera transversal a cómo trabajamos los objetivos más directos y concretos como son la familiarización con la descomposición de problemas y el pensamiento computacional y matemático.
En esta unión de objetivos surge el proyecto MATCH. En los años que llevamos trabajando con niños hemos visto cómo los chicos adquieren conceptos matemáticos que aún no han trabajado en el aula de manera totalmente natural. La motivación facilita un aprendizaje constructivo en conceptos como las coordenadas cartesianas, los ángulos, las variables y constantes, etc. Con el proyecto MATCH pretendemos salvar el obstáculo de tener que aprender a programar para poder beneficiar a muchos otros estudiantes de ese aprendizaje natural de conceptos especialmente complicados para ellos.