El pasado 16 de junio cerrábamos el curso de CJP @ UVa y coincidía con la entrevista que EL MUNDO Valladolid le realizaba a Carmen Hernández, coordinadora del Club de Jóvenes Programadores, que se publicó en la edición local en papel un par de semanas más tarde, el 30 de junio.
La entrevista apareció únicamente en papel ese día, aunque hemos podido conseguir una copia en formato .pdf para que todo aquél que desee leerla pueda hacerlo a través del propio documento digital, que enlazamos a continuación con permiso del medio.
Enlace al documento con la entrevista (.pdf, 113 KB.)
La noticia completa la reproducimos a continuación:
LAURA G. ESTRADA / Valladolid
Pocas veces la resolución de problemas matemáticos despierta tanto interés entre niños y adolescentes como cuando la informática sirve de soporte incentivador. Averiguar el número que se esconde en una serie encriptada o calcular la disposición de una nueva columna -jónica, para más inri- entre pilares ya levantados son sólo algunas de las posibilidades de trabajo que ofrece un lenguaje de programación que hace furor entre los más pequeños: el Scratch.
Basado en el aprendizaje por descubrimiento, se trata de una herramienta que permite no sólo la solución de enigmas, sino también la creación de videojuegos y cuentos interactivos de una manera fácil e intuitiva gracias a las herramientas de las que dispone para generar órdenes.
Es precisamente su accesibilidad lo que ha convertido el Scratch en el programa idóneo para fomentar el uso de la informática entre adolescentes con fines docentes.
Ese incipiente interés ha motivado la creación del Club de Jóvenes Programadores que, desde hace dos años, desarrolla actividades con niños de entre 9 y 14 años gracias al apoyo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad de Valladolid. Varios docentes de la institución académica y licenciados que ejercen de monitores imparten cada semana ‘clases extraescolares’ en las propias instalaciones educativas del campus Miguel Delibes.
Carmen Hernández, Margarita Gonzalo, Yania Cresmo, Belén Palop y Valentín Cardeñoso, todos ellos profesores de la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Valladolid, son los impulsores de este club que cuenta cada vez con más adeptos.
Tanto ha crecido el interés que han pasado de 15 alumnos el año pasado a los 27 en la actualidad. Y para el próximo curso tendrán que limitar el aforo a la misma cantidad porque aunque tienen una elevada demanda, prefieren no ampliar la clase, para garantizar una atención adecuada.
«En Estados Unidos hay un movimiento muy importante para que los niños aprendan a programar, y aquí también tenemos un germen interesante», subraya la coordinadora del Club de Jóvenes Programadores de Valladolid, Carmen Hernández, para poner de manifiesto la repercusión entre los escolares en este lenguaje de programación.
No es de extrañar que los niños enseguida se ‘enganchen’ al Scratch. Porque si en las primeras lecciones son capaces de resolver enigmas y desarrollar sus propios videojuegos, con un poco de práctica ponen en marcha incluso robots.
La firma Lego, consciente de su repercusión en todo el mundo, ha puesto en el mercado los Wedo, juguetes de construcción que incluyen un microprocesador para que los escolares puedan programar órdenes y que realicen diversas acciones de manera automática.
Como ejemplo, la Escuela Superior de Ingenieros Informáticos ha ido adquiriendo varios de estos juegos, como una noria donde los niños generan órdenes informáticas para que las cabinas vacías se detengan a recoger a un pasajero o sigan dando vueltas si ya se han sentado.
También disponen de una grúa de obra, con sensores de distancia e inclinación y un motor de movimiento, que se maneja a través del chip. Y para los expertos, existen los Lego Mindstorms, robots más avanzados que permiten, entre otras posibilidades, librar una lucha de sumo desde la inteligencia artificial.
Para dar a conocer todas las posibilidades que permite este lenguaje de programación, la Escuela de Ingenieros Informáticos organiza todos los años el Scratch Day, donde abren la participación a los miembros del Club y a otros niños interesados en conocer sus posibilidades de aprendizaje y diversión.
Todo un estímulo para despertar el interés por la informática. Adrián, de 9 años, y Pablo, de 10, se confiesan encantados con el Scratch e incluso se los explican a sus padres cuando llegan a casa para despertar el mismo interés por el programa que a ellos les ha cautivado. Eso sí, son conscientes de que dedicarse a la informática en el futuro, resultará complicado.
Con todas las vacaciones de verano por delante, seguro que entre juegos y deberes escolares, los miembros del Club de Jóvenes Programadores encuentra hueco para desarrollar algún videojuego, cuento o circuito de coches, y presumir así de su destreza con Scratch.
Esta entrevista se une a otras sucedidas en el pasado:
- Club de Jóvenes Programadores de la Universidad de Valladolid: Inventores de videojuegos con ocho años (Huffington Post, 16 de febrero de 2013)
- Aprender a programar como se aprende a leer (El País, 7 de marzo de 2013)
- Programar es cosa de niños (XL Semanal, 2 de junio de 2013)
- Entrevista a Belén Palop, responsable del Club de Jóvenes Programadores (Genbeta Dev, 26 de diciembre de 2013)
- Un proyecto de la UVA facilita la enseñanza de Matemáticas en Primaria y Secundaria (E-volucion, 9 de febrero de 2014)
Junto con algunos vídeos:
- ‘Scratch’, una nueva forma de sumergir a los niños en la informática (Radio Televisión Castilla y León (RTCYL), 29 de mayo de 2012)
- El club de jóvenes programadores (Radio Televisión Castilla y León (RTCYL), 5 de febrero de 2013)
¡Y esperamos que muchas más en el futuro!